“Le tomé de la mano, le miré a los ojos, le estreché contra mi cuerpo, le besé con delicadeza. Mi beso cálido, lleno de amor. Su beso frío, distante. Y aún sabiendo que todo era una dulce mentira, que su corazón no me pertenecía, quería seguir en mí dulce fantasía, pues el tan solo estar a su lado era una bendición” Magnífica historia. Horrible mujer. Y un estúpido hombre.
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